El arsénico es un elemento natural de la corteza terrestre que puede estar presente en las aguas subterráneas. Su consumo prolongado, a lo largo de muchos años y en altas concentraciones, está asociado a distintas enfermedades, como lesiones cutáneas, problemas en distintos órganos y alteraciones en el desarrollo. También se conoce una relación entre el consumo crónico de arsénico y el aumento de las tasas de cáncer de piel, vejiga o pulmón.
En la Provincia de Buenos Aires, el arsénico en aguas subterráneas es un problema histórico en la región, con zonas críticas y con hallazgos puntuales de valores altos en aguas de pozos utilizados para el consumo humano. En estas regiones los niveles varían geográficamente (desde <0,01 mg/L hasta superiores a 0,1 mg/L) y pueden fluctuar en el tiempo debido a factores como la profundidad de la perforación, la estación del año (las sequías pueden concentrar más arsénico), la actividad agrícola (uso de agroquímicos que movilizan el arsénico), el caudal de uso, entre otras condiciones.
¿Por qué es importante conocer los niveles de arsénico en el agua que consumimos?
El Código Alimentario Argentino (CAA) establece un límite máximo de 0,01 mg/L (ideal) con un valor provisional aceptable de hasta 0,05 mg/L en zonas con dificultades técnicas y de accesibilidad al agua. Sin embargo, muchas comunidades rurales y periurbanas superan estos valores sin saberlo, exponiéndose a riesgos crónicos por consumo de estas aguas a lo largo de toda su vida.
Al saber que el agua que se consume contiene arsénico en concentraciones riesgosas, es posible implementar soluciones que pasan desde el tratamiento domiciliario del agua a alternativas comunitarias, para acceder a una mejor agua. El estado también puede intervenir mediante políticas públicas que aporten a garantizar el acceso a agua segura.
¿Qué hace la universidad con esta problemática?
En Argentina, distintos organismos del sistema de ciencia y tecnología como el INTA, el INTI, el CONICET y universidades nacionales se han dedicado al tema, aportando diagnósticos y alternativas de solución. Desde la Universidad Nacional de La Plata se trabaja en numerosos proyectos que tienen en su eje la promoción de la salud, el estudio de la dinámica de las aguas arsenicales y la búsqueda de alternativas tecnológicas para abatimiento del arsénico, entre otros.
Desde el Observatorio PURAs -una iniciativa de la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP- se trabaja en la difusión de información a autoridades en municipales y a la comunidad, diagnosticando el estado del problema mediante análisis de las concentraciones de arsénico en el agua, capacitando y acompañando la planificación del abordaje de la problemática, articulando con organismos públicos para asesorar en alternativas de solución, orientando su tarea principalmente a la Provincia de Buenos Aires.
¡El arsénico no se ve, pero sus efectos sí!
Conocer los riesgos y actuar es clave para proteger la salud colectiva.
Contacto del Observatorio: arsenico.unlp@quimica.unlp.