

La vida de Gustavo González, vecino de Mar del Tuyú, cambió por completo hace un año cuando sufrió un infarto que lo dejó al borde de la muerte. Su corazón quedó seriamente dañado y las secuelas le impidieron volver a trabajar, enfrentando una etapa de mucha incertidumbre y temor.
En aquel momento, los médicos evaluaban la necesidad de realizarle una cirugía a cielo abierto, un procedimiento altamente invasivo y riesgoso. Sin embargo, gracias al acompañamiento que recibió del sistema de salud del Partido de La Costa y a las gestiones impulsadas desde el municipio, su caso fue derivado al Hospital San Juan de Dios de La Plata, donde se logró una alternativa de tratamiento que evitó esa operación extrema.
“Hoy puedo decir que sin la ocupación y la preocupación del personal de salud del Partido de La Costa no estaría vivo. Me acompañaron en cada estudio, en cada control, y se encargaron de que todo se hiciera en tiempo y forma. Esa atención y ese compromiso fueron decisivos para que yo pueda estar contando esto”, relató emocionado.
González recordó que en los meses posteriores a su infarto atravesó momentos muy difíciles, pero siempre se sintió contenido: “Desde el hospital de Santa Teresita hasta el servicio social, todos estuvieron pendientes de mi salud. Me gestionaron turnos, estudios y la derivación a La Plata. Yo lo valoro muchísimo porque en esas situaciones uno se siente muy vulnerable, y contar con ese apoyo hace la diferencia”.
Al referirse al intendente Juan de Jesús, no dudó en subrayar el papel que tuvo en su recuperación: “Estoy eternamente agradecido al señor intendente, al sistema de salud de La Costa, al hospital de Santa Teresita y a todas las personas que hicieron posible que hoy tenga una nueva oportunidad de vida. Sin esa intervención, mi destino hubiera sido otro”.
Con su testimonio, González busca transmitir un mensaje de gratitud, pero también de esperanza para otros vecinos que atraviesen situaciones de salud complicadas: “Uno nunca sabe cuándo puede necesitar del sistema de salud. Yo lo comprobé en carne propia y por eso quiero dar las gracias públicamente. Me atendieron con humanidad, con respeto y con compromiso. Y gracias a eso, hoy sigo adelante”.